Alberto Barreix Magin Diaz y Edgar Morales.

El reconocido asesor fiscal internacional, Alberto Barreix, ha expuesto en una conferencia auspiciada por Macro Ideas -iniciativa de la firma consultora Ecomod- los retos a los que se enfrenta República Dominicana ante la nueva fiscalidad internacional. En su ponencia, Barreix ha advertido que el consenso de 140 países para establecer una nueva fiscalidad internacional creará grandes complejidades que obligarán a diseñar nuevos marcos regulatorios y acarrearán nuevos costos de cumplimiento.

En concreto, el experto se ha referido a dos pilares que, a partir de 2024, se podrían convertir en convenios internacionales de adhesión voluntaria: el primero de ellos introduce un mecanismo de reparto de las utilidades “extraordinarias” generadas por las aproximadamente 120 "mega” multinacionales más grandes y, como segundo enfoque, implementar un impuesto mínimo a la renta empresarial a los grupos multinacionales.

Barreix ha señalado que este llamado "pilar número 1″ se aplica básicamente a las megaempresas digitales y consiste en determinar su balance consolidado mundial y que se reparta la base imponible según el porcentaje de las ventas en cada país sobre las ventas globales del grupo. Como contrapartida, se prohibiría a los países que se adhieran al convenio la aplicación de impuestos a los servicios digitales, lo que les enfrentaría al dilema de participar o no.

El segundo pilar, por su parte, consiste en implementar un impuesto mínimo a la renta empresarial a los grupos multinacionales con ventas superiores a €750 millones, y quedará sujeto a una imposición mínima del 15% sobre la utilidad contable. En ese contexto, Barreix argumenta que debe analizarse la conveniencia de establecer un impuesto mínimo nacional, para evitar ceder recaudación a terceras jurisdicciones debido al establecimiento de este impuesto mínimo global.

El experto sostiene que estas propuestas presentan desafíos importantes, pues el impuesto sobre la renta se complejiza con la inclusión, junto al régimen general, de varios regímenes especiales: las megaempresas, alcanzadas por el pilar número uno, los grandes grupos multinacionales gravados por el pilar dos, todos los tipos de incentivos y los regímenes simplificados. Desde su óptica, esta complejidad aumentará los costos de cumplimiento de los contribuyentes y de control de las administraciones.

Por tanto, Barreix argumenta que es necesario complementar esta nueva fiscalidad con un marco regulatorio que proteja los derechos del consumidor, la privacidad de los datos y la defensa de la competencia, teniendo en cuenta que la economía del conocimiento tiene como elemento en cuestión el propio ser humano. La República Dominicana, al igual que las naciones de América Latina, debe prestar atención a la evolución de esta nueva fiscalidad internacional que traerá consigo grandes complejidades y obligará a diseñar nuevos marcos regulatorios y acarreará nuevos costos de cumplimiento.

By Michael Reyes

Amante de la República Dominicana, y cree en solo compartir los hechos y nada más que los hechos. Vive en NY, viaja a Miami, Los Ángeles y Santo Domingo con regularidad.