Después de construir una fuerza lo suficientemente grande como para invadir Ucrania en tres fronteras separadas y colocar la artillería en posiciones de fuego, Rusia comenzó a retirar tropas y, para salvar las apariencias, todos los reclamos de una posible invasión eran histeria.
“Siempre hemos dicho que las tropas regresarán a sus bases después de que terminen los ejercicios. Este también es el caso esta vez”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, según Reuters.
Sin embargo, no estaba claro exactamente cuántas unidades se estaban retirando después de una acumulación de unas 130.000 fuerzas rusas en el norte, este y sur de Ucrania.
El lunes, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergy Larvov, dijo que había instado a Putin a no invadir diciendo que las medidas de seguridad colocadas por Estados Unidos eran aceptables, aunque las de la Unión Europea y la OTAN no lo eran. El martes, Larvov dijo que Rusia continuaría las conversaciones diplomáticas con Occidente.
Los Estados Unidos, los países europeos y la OTAN ya habían comenzado a enviar tropas y equipos a Europa del Este, además de enviar ayuda letal que incluía 300 misiles antitanque también a Ucrania.
A pesar de que Rusia ha anunciado un retroceso, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo: “Hasta ahora, no hemos visto ninguna distensión en el terreno, no hemos visto signos de una presencia militar rusa reducida en las fronteras de Ucrania”.