Cuba fue uno de los pocos países latinoamericanos que pudo mantener bajas las infecciones por COVID-19 al comienzo de la pandemia.
Pero ahora que los cubanos salen a las calles para exigir su libertad, los casos se han disparado en el país comunista.
Cuba, que tiene 11 millones de habitantes, vio 4000 nuevas infecciones por COVID en la última semana, más que cualquier otro país de su tamaño.
El brote se ha atribuido a la llegada de la variante Delta. Los medios en Cuba, que rara vez muestran imágenes dañinas para el régimen, mostraron personas en los pasillos de los hospitales y médicos pidiendo más ventiladores.
La forma en que Cuba ha manejado la pandemia hizo que miles de personas arriesgaran su vida y protestaran en las calles, también denunciaron la falta de alimentos, medicinas y sus libertades civiles que están muy restringidas.
El gobierno cubano culpó a Sanciones de Estados Unidos por sus problemas, pero sus ciudadanos dicen que el gobierno tiene suministros suficientes para enviar tropas para sofocar las protestas, pero no para entregar alimentos.